La financiación es clave para los ambiciosos objetivos de la CSP en China

Vencer las reservas del sector financiero será fundamental para que China logre su ambicioso objetivo de generar 5 GW de potencia de energía termosolar de concentración antes de 2020, según aseguraron varios expertos en CSP Sevilla 2017.

Varios proyectos piloto chinos utilizan tecnología cilíndrico-parabólica, incluido este de la provincia occidental de Qinghai (imagen cortesía de: Cayetano Hernandez)

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El año pasado, Pekín estableció el antedicho objetivo en el marco de su último plan quinquenal. La cifra de 5 GW equivale a la capacidad total de las instalaciones de CSP que hay actualmente a escala mundial. Sin embargo, los ponentes de la mesa redonda sobre el sector de la CSP en China auguraron que el objetivo no se alcanzará tan rápido como se espera.

El pasado noviembre, las autoridades chinas aprobaron 20 proyectos de demostración de CSP que sumaban una capacidad combinada de 1,35 GW, la mayoría de ellos ubicados al norte y al oeste del país, donde la radiación directa natural (DNI, por sus siglas en inglés) por lo general alcanza los 1800-2000 kWH/m2/año. La tecnología de torre central suma aproximadamente el 50 % de la capacidad total de estos proyectos, la tecnología de sistema cilíndrico-parabólico contribuye con un 35 % y la de fresnel lineal con un 15 %.

Solo 400 MW de los proyectos han logrado el cierre del ejercicio, según destacó Cayetano Hernandez, director de energía y servicios públicos en MINSAIT, la unidad de tecnologías digitales de Indra. Y solo tres de los proyectos —incluido el de torre de 100 MW Shouhang Dunhuang y el de sistema cilíndrico-parabólico de 50 MW CGN Delingha— se terminarán en 2018, según ha anticipado Tao Ni, director de desarrollo comercial en Shouang European.

Los bancos todavía no tienen suficiente confianza en las empresas que van a desarrollar los proyectos, dijo Hernández. Habida cuenta de la situación actual, el experto mencionó que podría esperarse, siendo realistas, una cifra de en torno a 1 GW de generación eléctrica de CSP en los próximos años.

La energía eólica y la solar suman poco más del 4 % y el 1 %, respectivamente, de la capacidad total instalada, porque el “mercado de la electricidad en China todavía no está completamente preparado para este tipo de energía”, explicó Tao.

“Aún sigue resultando difícil para la red eléctrica china distribuir el tipo de energía que necesita conectarse o desconectarse rápidamente a la central eléctrica. Por este motivo, la posibilidad de extender el uso de la energía renovable en China sigue siendo un asunto complicado.

En línea con Hernández en cuanto a los asuntos financieros, Tao explicó que los bancos y los inversores están viendo dificultades a la hora de confiar en centrales con tecnologías que todavía no han sido probadas, como el receptor cilíndrico-parabólico con sales fundidas.

Tantear el terreno con una amplia variedad de proyectos

Hernández destacó que el gobierno chino ha planificado deliberadamente que la demostración de los proyectos se despliegue en distintas provincias utilizando diferentes tecnologías. El experto encomió a Pekín por la selección de una variedad de proyectos tan amplia, pero avanzó que no lograrían las suficientes economías de escala con proyectos de entre 50 MW y 150 MW, incluido el primer lote de proyectos de demostración.

La conclusión lógica es que, pese a que los chinos están muy interesados en la CSP, no están dispuestos a arriesgar centrales de mayor volumen, aun cuando ello tuviera sentido desde el punto de vista de las economías de escala, según explicó Ralf Wiesenberg, director ejecutivo de la española AF Aries Energy.


La DNI puede aproximarse e incluso superar los 2000 kWH/m2/año en los desiertos del oeste de China (imagen cortesía de: NREL)

Según parece, AF Aries ha iniciado las consultas sobre el proyecto Delingha, y Wiesenberg describió algunos de los problemas a los que se enfrenta su equipo en la localidad remota de la provincia occidental de Qinghai.

Delingha está ubicada a 3100 m por encima del nivel del mar y tiene un nivel de DNI superior a 2150 kWH/m2/año. Weisenberg y su equipo eran conscientes de que las temperaturas allí pueden alcanzar cotas tan bajas como menos 30 Celsius en invierno, pero no previeron quién operaría en la región.

“La mayoría de las cabezas nucleares de China están en esta zona, lo que la convierte en un área restringida”, explicó.

Por lo general, allí prohíben la entrada a quienes no tienen nacionalidad china, e incluso aquellos que disponen de permiso para visitar el emplazamiento se ven sujetos a numerosas restricciones. “El año pasado hubo una maniobra y tuvimos que interrumpir todos los trabajos en las centrales durante tres o cuatro meses”, dijo Wiesenberg. “Te puedes imaginar que una vez estás allí y conoces la situación, no resulta sencillo. Realmente hay que estar preparado para tratar con los interlocutores locales y disponer de la suficiente información para que el proyecto sea rentable”.

Un momento crítico para aprender sobre el mercado chino

Tanto Tao como Weisenberg subrayaron las importantes lecciones extraídas de lo que Tao llama un “periodo muy crítico” para el mercado chino de la CSP.

China tiene necesidad de conocimientos técnicos extranjeros en esta primera fase de los proyectos y, una vez se hayan concluido las centrales, necesitarán apoyo externo para la puesta en marcha, la operación y el mantenimiento, explicó Tao. El experto prevé que Pekín anunciará una segunda licitación para las centrales de demostración en 2018, en una tentativa de lograr el objetivo de 5 GW antes de 2020. Aseguró también que las lecciones extraídas del primer lote de proyectos podrían ser cruciales para lograr tiempos de construcción menores en la siguiente fase.

Delingha, la Ingeteam española, se encargó de la ingeniería inicial y ha externalizado trabajo a tres contratas distintas para llevar a cabo diversas funciones. Por tanto, según afirmó Weisenberg, AF Aries debe tratar con cuatro interlocutores distintos de Qinghai sobre el terreno, además de formar un equipo de ingeniería en su sede española y con sus equipos de gestión de proyectos e ingeniería locales en el emplazamiento. No obstante, espera que la central se ponga en funcionamiento el año que viene y prevé unos retrasos insignificantes.

“Todas las empresas occidentales que participamos en proyectos chinos aprendemos mucho: aprendemos a comunicarnos con las empresas chinas y estas asimismo aprenden a comunicarse con nosotros. No es una mera cuestión idiomática, sino fundamentalmente cultural”, explicó Weisenberg.

“Los contratistas de ingeniería, adquisición y construcción chinos se encuentran ya ofreciendo sus servicios en el mercado global, por lo que es fundamental saber cómo trabajar con ellos a escala internacional. Eso es lo que hemos aprendido, que es positivo para todas las empresas internacionales que trabajan en China”.

“La segunda fase consistirá en que los proveedores chinos de componentes entren en los mercados internacionales, y la tercera en que las empresas de ingeniería de China hagan lo mismo y nos encontremos con una fuerte competencia”.

New Energy Update
Traducción de Vicente Abella