¿Qué papel juega la financiación del BEI en el éxito de la CSP en el extranjero?

El papel que ha desempeñado la financiación pública ha sido fundamental para la implementación de CS

Sede del Banco Europeo de Inversiones en Luxemburgo. Imagen cortesía del BEI.

Por Alison Ebbage

El papel de los organismos de financiación públicos internacionales, en concreto del Banco Europeo de Inversiones (BEI), ha sido decisivo en la financiación de proyectos de CSP. Los créditos de bajo coste y vencimiento tardío que estos organismos proveen pueden mejorar en gran medida la rentabilidad de los proyectos de CSP, sobre todo en economías emergentes.

Casos prácticos

La Iniciativa de Política Climática (CPI, por sus siglas en inglés) identificó dos casos prácticos destacables. El primero de ellos es la planta Ouarzazate 1(en inglés) ubicada en Marruecos, y a la que el BEI proporcionó 100 millones de euros de deuda concesional. El segundo es la planta de 100 MW en Upington, Sudáfrica, propiedad de Eskom, que recibió 100 millones de dólares de deuda concesional del BEI.

Martin Stadelmann, analista sénior en CPI, comenta lo siguiente: "En estos casos prácticos hemos analizado la efectividad de las instituciones de financiación internacionales en su conjunto. En el caso de Ouarzazate, por ejemplo, la construcción de dos de los cinco componentes básicos está vinculada a donantes o instituciones de financiación internacionales y el BEI fue el principal prestamista".

Asimismo, menciona que las importantes contribuciones económicas y técnicas proporcionaron en torno a 1.000 millones de dólares de financiación concesional inicial, lo que redujo los costes entre un 35% y un 30%. Además, la experiencia técnica e institucional ayudó a animar a los inversores privados al reducir su nivel de riesgo percibido.

Estas instituciones también promovieron un firme compromiso y coordinaron a los diferentes donantes. Esto permitió a la Agencia Marroquí para la Energía Solar (MASEN, por sus siglas en inglés) indicar claramente los términos y los costes a los que se ofrecería el capital.

"Esta transparencia parece haber fomentado la competición entre inversores privados, lo que provoca que la tasa de retorno necesaria esté en consonancia con otros proyectos de energía renovable menos riesgosos en el país. También parece haber apoyado licitaciones en línea con los niveles de gastos previstos o inferiores", declara Stadelmann.

De igual modo, el BEI también ha tratado de aliarse con otros participantes financieros comerciales y no comerciales. Ha financiado más del 20% de la deuda para una planta del desarrollador privado Abengoa en Sudáfrica (en inglés) y, por tanto, colaboró con otros participantes financieros comerciales y no comerciales. También ayudó al gobierno nacional y al proveedor de deuda nacional, tanto en Marruecos (en inglés) como en Sudáfrica, con el proyecto Eskom.

En ese caso, el papel de las instituciones de financiación internacionales fue fundamental para reducir los costes, debido a los tipos de cambio. Stadelmann comenta lo siguiente: "Seis instituciones de financiación internacionales se comprometieron a proporcionar 995 millones de dólares en deuda altamente subvencionada. Esto permitió que el proyecto avanzara mientras se reducían los costes de financiación, gracias a que los créditos de los bancos multilaterales se están emitiendo actualmente a menos de un 2% en términos de divisa extranjera, mientras que los créditos comerciales de divisas locales para proyectos de CSP en Sudáfrica se sitúan en torno al 12%".

El hecho de seguir avanzando en la reducción de gastos de cobertura de divisa extranjera, impulsando la financiación en moneda local y la denominación de tarifas, serviría para impulsar los créditos de las instituciones de financiación internacionales. Otro enfoque sería pedir a los gobiernos nacionales que citaran las tarifas en una divisa extranjera, como se ha hecho con el petróleo en USD.

Cédric Philibert, analista de energía y cambio climático en la Agencia Internacional de la Energía, cree que el impacto del BEI podría verse reforzado por los créditos del Banco Central Europeo (BCE) como apoyo a una política energética amplia. "Si el BCE prestara al BEI (como lo hizo en 2009, con el reconocimiento de las agencias de calificación), más dinero para algunos planes de inversión europeos vinculados a la transición energética, las cosas avanzarían", indica.

Costes

No obstante, a pesar de dicha intervención, la CSP sigue siendo una tecnología cara que depende en gran medida de las instituciones de financiación internacionales y de las ayudas nacionales. Por ejemplo, la retirada de las ayudas nacionales en España ha devastado a su sector solar.

Por tanto, en última instancia, el futuro de la CSP depende de los encargados de tomar las decisiones y de que las instituciones financieras deseen invertir. El capital siempre buscará obtener beneficios y, en el caso de los proyectos de CSP a gran escala, parece que esto significa tener una gran subvención vigente para que haya una garantía en caso de que se rompa un acuerdo o contar con un pacto con el prestamista.

Adrian Scholtz, responsable de renovables en KPMG, afirma lo siguiente: "En principio, la termosolar es una fuente renovable atractiva, tanto desde una perspectiva de tecnología como de gestión energética. Sin embargo, para lograr un mercado viable a largo plazo, depende de que el sector logre una reducción significativa de costes".

Afortunadamente, esto es algo que las instituciones de financiación internacionales podrían impulsar ajustando los requisitos de los préstamos en función de la madurez de la tecnología y de hasta qué punto se compite en el proceso de licitación. Esto, finalmente, conduciría a que se lograran reducciones de costes, implementadas en el marco de un mercado competitivo, como ha ocurrido con la energía eólica y fotovoltaica.

"Si las instituciones internacionales de financiación y los gobiernos nacionales comprometidos aúnan fuerzas para implementar entre 5 y 15 GW de CSP, podrían reducir los costes de producción de electricidad en torno a un 14 y 44% y hacer que la CSP fuese competitiva en países como Marruecos y Sudáfrica", indica Stadelmann.