Italia: ¿el siguiente mercado para la CSP?

Las regiones del sur de Italia no difieren mucho de las de España en cuanto a irradiancia solar reci

La planta energética de 5 MW Archimede, operada por ENEL. Imagen: ENEL.

By Heba Hashem

Italia podría tener un mercado de CSP en auge, gracias a los elevados niveles de radiación directa normal en las zonas del sur del país y en las principales islas de Cerdeña y Sicilia, donde se está construyendo una de las nuevas plantas de CSP, Mazara, de 50 MW.

Las tarifas reguladas para la generación de CSP y las necesidades industriales para el calor de proceso deberían hacer que el mercado fuera todavía más atractivo.

Entonces, ¿por qué los desarrolladores no están acudiendo en manada a este mercado? Según Francesco Di Mario, responsable de la unidad técnica de energía renovable en la Agencia Nacional Italiana para las Nuevas Tecnologías, la Energía y el Medio Ambiente (ENEA), se debe a un cúmulo de obstáculos.

"Los mayores retos para la CSP a escala de servicio público en Italia, en una situación de disponibilidad de tierra limitada, con una radiación directa normal aceptable y una producción de electricidad superior a la demanda, son los plazos de aprobación y los costes de inversión".

"La extensión del proceso de autorización —destaca— podría reducir los incentivos o imposibilitar su uso. En este caso, el elevado coste de la inversión podría convertirse en un difícil obstáculo que habría que superar".

Estas cuestiones podrían explicar por qué muchos de los proyectos de CSP en Italia están avanzando con lentitud. De los 20 proyectos que se enumeran en el Global Tracker de CSP Today (en inglés), solo hay 3 en funcionamiento. Los demás son un proyecto en fase de planificación, otro en construcción y 14 en desarrollo, que suman un total de 313 MW de capacidad.

"La tecnología CSP actual todavía es cara. Solo se podría lograr un objetivo de coste de electricidad competitivo con plantas grandes, lo que implica una gran inversión y una gran ocupación de terreno. Solo al mitigar esta dificultad, la CSP podría desarrollarse a un ritmo relevante", declaró a CSP Today un portavoz de AssoRinnovabili (la Asociación Italiana de los Productores, la Industria y los Servicios de Energías Renovables).

La italiana AssoRinnovabili representa a más de 500 empresas del sector de las renovables y respalda a la CSP presionando para lograr incentivos y simplificando la burocracia para obtener permisos de construcción. Además, la Asociación está promoviendo un incentivo económico para el almacenamiento energético, "una característica muy importante de los sistemas de CSP más recientes que actualmente no se considera en las tarifas de alimentación de la legislación italiana".

Objetivos demasiado ambiciosos

A pesar de los retos a los que se enfrenta el mercado, el Plan de Acción Nacional para Renovables del país plantea el objetivo de instalar 600 MW de CSP para 2020, un objetivo que Di Mario cree que es poco realista.

"Actualmente, tenemos más de 300 MWe en la fase de autorización. Incluso si todas estas plantas estuvieran en marcha para 2020, solo se alcanzaría la mitad del objetivo de capacidad instalada previsto en el Plan Nacional", afirma.

Las principales razones que hay detrás del lento avance previsto, según indica Di Mario, son los elevados gastos de inversión, un proceso de autorización incierto y excesivamente largo y la falta de emplazamientos adecuados. Asimismo, cita a la gran penetración de otras renovables, concretamente la fotovoltaica y la eólica, y al gran exceso de capacidad de la producción en el mercado de la energía eléctrica.

En cualquier caso, hay esperanza, si se cumplen determinadas condiciones. "En primer lugar, hay que otorgar el valor adecuado de incentivos a la capacidad de CSP para almacenar energía", indica AssoRinnovabili. Debido a los bajos precios de las plantas fotovoltaicas, la CSP en Italia no es competitiva durante el día. Por tanto, el almacenamiento sería la única manera de utilizar energía solar durante la noche.

 

Sistema de almacenamiento de Solana. Imagen: Abengoa.  

Otras posibilidades incluyen facilitar el uso de CSP cerca de plantas energéticas de combustible fósil existentes, donde el coste de la electricidad podría reducirse sustancialmente, así como facilitar los procedimientos de obtención de permisos para plantas de tamaño pequeño y mediano, de 1 a 5 MWe.

El potencial para la microCSP

Posiblemente, las plantas de CSP más pequeñas podrían ser la manera más rápida de aumentar la escala de la tecnología en Italia. No utilizarían demasiado terreno y los inversores pensarían que son menos riesgosas. "La microCSP podría contar con mejores perspectivas a medio plazo, concretamente para aplicaciones industriales", destaca Di Mario.

Ya se han implementado varios sistemas pequeños en Italia. Por ejemplo, se están utilizando los colectores termosolares Fresnel de CSP-F Spa para alimentar los sistemas de refrigeración del asilo de Gorla Maggiore, así como para suministrar energía térmica para una lechería en San Nicolò d'Arcidano (Orsitano).

"Con el objetivo de reducir el riesgo de inversión e incrementar la confianza de los inversores y la aceptación de la gente, nos debemos centrar en un tamaño pequeño (a partir de 500kW), plantas de CSP que no requieren grandes parcelas de tierra, con almacenamiento energético y una sencilla hibridación con otras renovables para reducir la intermitencia," explica el portavoz de AssoRinnovabili, haciendo referencia a la nueva tecnología CSP italiana STEM (Solar Thermoelectric Magaldi).

Un núcleo de innovación

Entre todas las complejidades que se manifiestan en el sector, Italia todavía ha logrado destacar a nivel global con el trabajo pionero en I+D realizado en ENEA, que desde 2001 ha estado desarrollando una tecnología basada en el uso de sales fundidas como fluido de transferencia y almacenamiento térmico.

"En (los últimos) 10 años, algunos laboratorios han adquirido este novedoso enfoque para una demostración a escala industrial, a través de la planta Archimede de 5 MWe, operada por ENEL", declara Di Mario.

Una participación temprana de las industrias de fabricación, incluidas ASE, Duplomatic, D&D, Helios, Reflex y Ronda, permitió que se concretara el proceso de desarrollo y provocó que se transfiriera la tecnología y se otorgaran licencias a los sectores que producen los componentes.

Actualmente, más de 50 investigadores y especialistas en la tecnología, así como infraestructuras experimentales únicas, han participado en proyectos relacionados con la CSP y en I+D en laboratorios de ENEA. Entre los enfoques en los que trabajan se encuentran los fluidos alternativos de transferencia y almacenamiento térmico, los sistemas de almacenamiento térmico optimizados, los receptores térmicos mejorados, así como la aplicación de CSP basada en el uso de calor solar a temperatura elevada para producir hidrógeno o combustibles sintéticos.

Recientemente se mostró otra innovación italiana en la planta de ciclo combinado solar integrado Rende, de Falck Renewables, en la que se realizó una hibridación con biomasa y que se conectó en mayo. Aparte de utilizar el calor de la combustión de la instalación de biomasa y la energía termosolar, también capta el calor residual no recuperable que se origina en la planta.

El mercado italiano de la CSP es enormemente prometedor, no solo a nivel nacional para reducir el atasco de la red en el norte, sino para toda Europa. Al fin y al cabo, el país ocupa una posición estratégica con relación a Desertec y TuNur, la planta de torre de CSP de 2 GW que se está desarrollando en Túnez y está destinada para la exportación a Europa, que aterrizará primero en Italia.