Grenatec: Retos a los que se enfrenta el proyecto Desertec asiático

Uno de los fundadores de Desertec tiene un plan de interconexión para Asia todavía más ambicioso. ¿T

Visión de Grenatec: en el año 2050, Asia tendrá un mercado de electricidad único dirigido por precios que se ajusten al carbono

Uno de los fundadores de Desertec tiene un plan de interconexión para Asia todavía más ambicioso. ¿Tiene más oportunidades que su pariente del norte de África?

Por Jason Deign, Barcelona

¿Te acuerdas de Desertec? Mientra la red de interconexión entre el norte de África y el sur de Europa y el concepto de intercambio energético todavía parece estar casi tan lejos de la realidad como lo estaba hace algunos años, uno de sus fundadores ahora espera lograr el éxito con un plan incluso mayor, la aplicación en Asia y Australia.

Stewart Taggart, un antiguo periodista de una agencia de noticias que fue uno de los fundadores de Desertec Foundation en 2009 y, posteriormente, estableció Desertec Australia, ha surgido como la fuerza motriz que hay detrás de un organismo denominado Grenatec, que recientemente desveló los planes para un ‘pan-Asian Energy ‘Internet’.

La propuesta de una infraestructura energética panasiática de Grenatec tiene el objetivo de conectar China, el sureste asiático y Australia con un entrelazado de líneas energéticas unidas, gas natural y canales de fibra óptica para soportar recursos energéticos de baja emisión y la información para gestionarlos.

Para 2050, Grenatec indica: "La energía solar, geotérmica, eólica terrestre y en la costa, hidráulica, energía mareomotriz y del oleaje, gas natural e incluso carbón limpio, todos competirían por los clientes bajo reglas comunes en un mercado único gobernado por precios que se ajusten al carbono”.

"El resultado sería un mercado energético regional innovador, líquido y profundo. La ubicuidad incrementaría el comercio, disminuiría los precios, pondría freno a las emisiones de gas de efecto invernadero e impulsaría la seguridad energética".

Para apoyar su tesis, Grenatec señala varios proyectos de infraestructuras a gran escala que ya están en marcha en la región y que podrían ayudar a formar la base de su gran red.

Entre estos se incluyen la extensión de la actual línea energética directa de alto voltaje nacional de China, varias asociaciones del conducto de gas de los países del sureste asiático y la red eléctrica, el vínculo de telecomunicaciones Palapa Ring en Indonesia y la red de banda ancha nacional de Australia.  

Sin embargo, Grenatec es consciente de los diversos pasos adicionales que deben llevarse a cabo para que su visión se convierta en una realidad, incluida la profundización de las interconexiones de redes fronterizas, la introducción de precios para el carbono y el aumento de la cooperación multilateral.

Observadores poco convencidos

Y mientras el marketing colateral de Grenatec está lleno de afirmaciones de apoyo por parte de fuentes tan variadas como el antiguo vicepresidente estadounidense, Al Gore, y el australiano del año 2007, Tim Flannery, otros observadores siguen poco convencidos de que el plan asiático de Taggart pueda lograr sus ambiciosos objetivos.

Algunos han aumentado las dudas que tenían sobre si más de un país se subirá a bordo de una política energética. Hay razones por las que países de Asia, o de cualquier lugar en este caso, puede que no quieran intercambiar energía más allá de sus fronteras.

Una de las razones es la independencia energética. Si los chinos, por ejemplo, dependieran de las importaciones de energía solar de países de la parte sur de la enorme red planeada de Grenatec, efectivamente cederían la independencia energética, y estarían bajo el antojo político de los socios de Grenatec, según señala un analista.

"Los australianos pueden apagar el interruptor y apagar la electricidad. Ese es un problema para China".

Otro problema es que los países asiáticos puede que estén interesados en mantener su generación de energía renovable dentro de sus fronteras por el bien de la creación de puestos de empleo. China, por ejemplo, se beneficia tanto de la fabricación de la tecnología como de los puestos de empleo que se crean gracias a su instalación.

"Si China va a realizar parte del equipamiento y, después, lo envía  a Australia, China está fuera de los empleos de construcción. Si simplemente se está consiguiendo energía libre de carbono, no es un incentivo lo suficientemente grande como para gastar miles de millones de dólares. Ellos, simplemente, construirán plantas de gas en su propio país", afirma el analista.

Incluso más difícil

Jenny Chase, responsable de perspectivas solares en Bloomberg New Energy Finance, que está especializada en el mercado chino, añade: "Suena un poco desafiante, más desafiante incluso que unir Europa con el norte de África".

China se ha cimentado en el comercio así que si sus vecinos pueden suministrar energía barata y quieren comprar energía china a un precio decente, el régimen "probablemente lo aceptaría –indica-. Pero si estamos hablando de energía solar cara, entonces, creo que no podemos contar con China".

Es interesante que el plan Grenatec no incluya a la India, un país que ya importa energía hidráulica de Nepal.

Pero allí los analistas destacan que incluso si los intercambios energéticos con el resto de Asia fueran viables técnicamente, la energía solar, al menos probablemente, no se exportaría porque las empresas de servicios públicos estarían interesadas en emplear la generación local para cumplir sus obligaciones de compra de renovable.

Además, afirma Narasimhan Santhanam, cofundador y director de Energy Alternatives India: "Al gobierno indio no le gustaría permitir importaciones de energía solar de fuera porque el potencial para nuestra propia producción es enorme”.

“El potencial es diez veces el que necesitamos. Los encargados de realizar las políticas estarán bastante más interesados en desarrollar un ecosistema local".

A no ser que la actitud introspectiva cambie en Asia, parece que los visionarios, como Taggart dejarán de mirar fijamente la mesa de trabajo.

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